sábado, 29 de septiembre de 2012

EL SEÑOR ZAVALA


No es la primera vez que me confunden. A veces ha sido para bien y en otras ocasiones no tanto, pero en Bogotá me volvió a pasar al llegar al hotel donde se efectuó el evento que me llevó a la capital colombiana.

Después de registrarme en la recepción, al llevar mi maleta, el camarero se despidió muy amablemente diciéndome "Es un placer tenerlo de nuevo por aquí señor Zavala". Sin tomarle mucha importancia y con una sonrisa, le di las gracias sin sacarlo de su error, que supuse natural debido al alto numero de personas que transitan por ahí todos los días.

Sin embargo, al bajar a cenar me encontré con otro empleado del hotel, este si trajeado y con una plaquita en la solapa que decía "gerente". Me abordo y me dijo "Bienvenido señor Zavala" dándome un fuerte apretón de manos "que gusto tenerlo de nuevo con nosotros, gusta usted algo" me dijo de una manera muy amable, extremadamente muy amable, pensé. Ahora si, ya no era casualidad, efectivamente me estaban confundiendo con un personaje que era un cliente asiduo del hotel y que además, parecía muy importante. Como iba a cenar, no lo saque de la duda y también le sonreí, le regrese el apretón de mano y le dije "que gusto en verlo a usted también" .

Apresuradamente, para no causarle bochorno al gerente si se daba cuenta de su error, me metí al restaurante y escogí una de las mesas mas alejadas de la entrada, lo cual fue inútil porque al verme llegar uno de los meseros se acerco rápidamente y me soltó "buenas noches señor Zavala, usted siempre en la misma mesa, gusta que le traiga su tasa de té?" "Voitelas , pensé, esto ya se esta poniendo muy raro" y decidí corregirle un poco la plana y pedí, faltaba mas, una Coca Ligth. Este me miro extrañado y rápidamente me la llevo.

Minutos después llego con el menú, que por lo demás estaba muy interesante y pedí una crema de pollo, que supuse colombiana porque mexicana no es, y como no había comido desde las 6 de la mañana que había salido de Guadalajara le pedi tambien un Filetito mignon para cerrar. Me distraje consultando mis teléfonos por unos 10 minutos hasta que llego una mujer que parecía ser la capitana de meseros y muy seria me dijo "Sr. Zavala, quiero recordarle que por instrucciones estrictas de su esposa usted tiene una dieta especial y no podemos servirle lo que nos pidió" " Caramba, me sorprendí. Voltee a verla muy seriamente y le dije de manera solemne; "discúlpeme usted, yo soy el Sr. Castellón y me hospedo en la habitación 512. Hágame el favor de traerme mi comida" La señora abrió los ojos muy grandes y apenada me dijo "usted tranquilo, una disculpa" y acto seguido me trajo mi crema y el filete que los despaché con gusto.

Al salir, después de haber pagado, les di las gracias y rápidamente la mujer se desvivió en una disculpa " Me apena mucho haberlo confundido con el señor Zavala" " No se preocupe, le dije, buenas noches". Nos reímos y me fui rumbo a mi habitación. De paso al elevador, me encontré al gerente, que ahora ni se percato que iba yo subiendo. Que bueno, me dije, que se aclaro todo. No se quien sea el Sr. Zavala ni a que se dedique, pero lo que si estoy seguro que ahora, liberado de toda la presión de la abrumadora atención, me sentía contento de ser yo. "Pobrecito Sr Zavala, que bueno que no soy el" me dije y me fui tranquilamente disfrutando mi anonimato por los pasillos del hotel colombiano.

Bogota, Colombia, 26 de septiembre de 2012

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