jueves, 27 de marzo de 2014

DESDE SILICON VALLEY EN LA FRONTERA DE LA TECNOLOGÍA

Llegar a Silicon Valley hoy, es llegar a los centro religiosos de ayer, como Jerusalen o La Meca. Como al principio de los tiempos de las civilizaciones, ahí residen una gran cantidad de “sacerdotes del saber” que habitan los nuevos templos donde el conocimiento es dios.

Google, Intel, Cisco, NASA, Carnagie Mellon University, entre muchas otras empresas concentran una gran parte del conocimiento global que le dan sentido a las investigaciones que construyen soluciones que harán mas llevadera la vida en el futuro.

Google ha dejado de ser el gran sitio buscador para convertirse en un centro de innovación donde se desarrollan aplicaciones que facilitan el trabajo diario en la red y donde el buscador es solo una de ellas y que ahora se acompaña con el calendario, los servicios de traducción, de la nube con el famoso Google Docs, de la oficina sin papel, del Gmail o del servicio de manejo de grandes cantidades de información  a través del Big Data. 

Sin embargo, la gigante empresa de buscadores y aplicaciones en la  red, ha dado el gran salto a modificar “cosas” y volverlas dispositivos conectados a internet y que ahora funcionan como “cosas” nuevas; unos lentes que sirven como pantalla virtual que reconoce comandos de voz para tomar fotos, vídeos, hacer búsquedas en google, enviar un mensaje y tener los datos de hora y clima. Los lentes, son apenas perceptibles, usan la visión periférica e incluso se pueden colocar, como un accesorio, en las gafas normales. No me queda duda alguna que, dentro de algunos años, podrán integrarse en el catálogo de los dispositivos conectados de uso personal.

El Internet de las Cosas (Internet of Things) es el siguiente salto de la tecnología digital y que se integra con el uso intensivo de las telecomunicaciones. En Google vimos su aportación para una aplicación práctica individual, pero en Cisco y en Intel, observamos los avances en las comunicaciones digitales que podrán hacer que las cosas “hablen”, nos “enseñen”, y se “midan” por si mismas y con ello, nos ayuden a mejorar muchas situaciones cotidianas de las personas, de los negocios y del gobierno. 

Dispositivos inalámbricos colocados en autobuses urbanos, le muestran a un centro de control el desplazamiento de las unidades en diversas ciudades del mundo, mediante los mapas del google maps, y miden su nivel de ocupación, su gasto en combustible, sus emisiones de CO2 y monitores permanentemente lo que pasa al interior de los mismos con una cámara online que transmite todo el tiempo. El objetivo de tal dispositivo es múltiple; Vigilar el tráfico, tomar medidas anticontaminantes cuidar la frecuencia y la eficacia entre los autobuses y dar un mejor servicios los usuarios, garantizando la puntualidad en sus viajes, pero sobre todo, la seguridad por la vigilancia permanente en las unidades. Cisco ha diseñado y fabricado potentes equipos inalámbricos que transmiten, reciben, procesan y guardan, mediante frecuencias de banda ancha, toda la información que luego es usada para la toma de decisiones que mejore el transporte y la vida cotidiana de la población de una ciudad, “Smart City”, como ahora se conocen.

Para el manejo y resguardo de esos grandes volúmenes de información, que ahora forman parte de los llamados Big Data se requiere de los grandes centros receptores de los mismos, los “Big Data Centers” que están concentrados en diferentes lugares en el mundo, sobre todo en los Estados Unidos, Europa y en el Lejano Oriente. Para una empresa o un gobierno es sumamente difícil tener la capacidad de “montar” estos centros por el requerimiento tecnológico que provea de una fuerte capacidad de manejo y procesamiento de gigantescos volúmenes de información que se van generando diariamente. La seguridad, capacidad y mantenimiento permanente de estos centros garantiza la disponibilidad inmediata de la información como si estuviera en el “servidor” de la oficina contigua. 

A lo largo de mis visita a estas empresas, escuche varios proyectos que parecieran sacados de un cuento de ciencia ficción. Uno de ellos, se refería al uso en la ganadería de los chips transmisores de señales tan delgados como una calcomanía, que visualiza la ubicación, el recorrido y hasta la pérdida o ganancia en peso del ganado, que sirve como garantía a las entidades certificadoras que comprueben que el alimento de los animales es orgánico y por lo tanto, su carne más saludable y por ello, mucho mejor apreciada en el mercado. “Cuanto cuesta ese chip?” pregunté,  y ante mi sorpresa, el investigador que nos explicaba, me contestó que “1 dólar”. El objetivo es muy claro. Convertirlo en un instrumento de uso común en la actividad ganadera, abaratando su costo, de tal manera que sean monitoreados desde su producción hasta llegar al consumidor final. 

Por supuesto, que esta manera de aplicación del “internet de las cosas” me dejó pensando en múltiples usos, no sólo en la ganadería, sino también agrícolas y agroindustriales en mi tierra, Nayarit. “Buscar un bovino extraviado”? Tanto como ir al monitor y detectarlo en una aplicación montada en google maps. Detectar un animal enfermo, que ha perdido movilidad? Medir los rendimientos de carne y leche con los costos que conlleva el cuidado y pastoreo del ganado hasta su venta final? Sólo hay que observar la aplicación que interpreta los datos, que quizá sea lo más caro. Intel está elaborando los chips y por lo que hemos visto en el pasado, no tardarán en hacerlos a un costo mínimo. 

Al final del recorrido llegue a la conclusión que lo que debemos intentar es subirse al siguiente salto tecnológico de una manera inteligente y comenzar a usar las nuevas aplicaciones que aparecerán en materia de educación, salud, servicios, negocios, seguridad, entretenimiento y mercados que identificarán esta nueva etapa.

Por lo pronto, en México, las reformas constitucionales que han cambiado el entorno de las telecomunicaciones han adicionado el derecho de la población al internet y a la banda ancha y que se han traducido en acciones que buscan garantizar tal derecho. El programa “México Conectado” que lleva a cabo la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT) a través de la Universidad de Guadalajara y los gobiernos estatales mediante el cual, se conectarán 250 mil sitios públicos entre escuelas, hospitales, parques, centros comunitarios y edificios gubernamentales que beneficiarán a millones de mexicanos que aún no tienen acceso a la red ni a la tecnología digital. Esa debería ser la plataforma desde donde nuestro país se subia al siguiente salto tecnológico. 

La base legal ya está disponible, el esfuerzo presupuestal deberá garantizarse para los próximos años y la coordinación institucional entre los diferentes niveles de gobierno deberá ser la clave para garantizar el éxito del esfuerzo y las empresas, universidades y centros de investigación serán fundamentales para garantizar el éxito de la inclusión social y el desarrollo empresarial de la conectividad en todo el país. Sin aplicaciones y el uso masivo de la internet por parte de la ciudadanía, el impacto social de la inversión solo quedaría en una infraestructura de redes, fibra óptica y enlaces satelitales. De ahí que el éxito de “México Conectado” depende del involucramiento de todos los sectores interesados.

Se presenta una oportunidad única que no debemos desaprovechar en cualquier nivel donde sea nuestro ámbito laboral (gubernamental, empresarial, social, académico), porque de otra manera, nuestro país seguirá rezagado  y se perderán, quizá por varios años más, las grandes ventajas generadas por la aplicación de avances tecnológicos que permitiría avanzar en equidad social y crecimiento económico. 

Nayarit no debe marginarse, porque la hora ha llegado y no debemos permanecer sin intervenir. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario